miércoles, 20 de febrero de 2013

PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO. BERNINI. S. XVII. ESQUEMA












Contexto histórico.



  •        Urbanizar el  acceso a la recién acabada Basílica de San Pedro.

  •     El Papa Alejandro VII se le confió a Bernini, a quien había vuelto a colocar como maestro de obras del Vaticano.

  •     Se le considera el iniciador y máximo representante de la estética barroca en escultura y arquitectura.

  • Entre 1656 y 1667.
  

Descripción formal


  • La plaza tiene una ordenación simétrica, pero no estamos ante el diseño de formas geométricas perfectas del Renacimiento: mayor dinamismo y originalidad.
  • Se distingue en ella, la parte recta y la parte curva con un suave peralte que facilita la visibilidad.
  • Dos alas rectas que parten de los extremos de la fachada, formando una U trapezoidal; carecen de vanos; en su parte central, frente a la puerta de la basílica, dispone de una amplia escalinata de seis peldaños, en cuyos extremos se alzan sobre pedestales las imágenes de S. Pedro y S. Pablo.

  • Dos grandiosos pórticos curvos que diseñan una elipse con cuatro columnatas toscanas, con casi 300 columnas de mármol travertino. Las columnas exhiben un fuerte claroscuro arquitectónico (la columna clara contrasta con el intercolumnio oscuro, pero al acercarse, la oposición cambia). El eje mayor de la elipse presenta dos fuentes en los extremos y un obelisco en medio. Sobre la cornisa se dispone una balaustrada decorada con numerosas esculturas de santos. 

Función y significado

  • Acoger a las muchedumbres, a menudo de peregrinos, ante la basílica de San Pedro, facilitando la visión del Papa cuando se muestra en público en las grandes solemnidades.

  •  Escenografía planteada para provocar emociones. El proyecto original de Bernini, que no se realizó planteaba la plaza cerrada. El visitante sólo podría entrever la basílica entre el bosque de columnas. Una vez atravesada la galería de columnas sobrevenía la admiración, la conmoción: el visitante se enfrentaba con la visión grandiosa de la fachada de la basílica coronada por la espléndida cúpula.

  •  Su forma es simbólica, como dos grandes brazos que acogen a la Humanidad
  • Espíritu de la Reforma católica, que muestra contra el protestantismo la importancia de la tumba del primer Papa.
















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