Contexto
- Año 1515.
- Dentro de un enorme proyecto: tumba de Julio II, Papa (40 esculturas).
- Reducciones del presupuesto acaban convirtiendo la idea inicial en un sepulcro-retablo en San Pietro in Vincoli (Roma).
- Ejemplo de los rasgos del clasicismo renacentista y la genialidad y manera personal de tallar de Miguel Ángel.
Descripción formal
La obra mantiene las constantes renacentistas:
- Temática basada en el Antiguo Testamento (Historia Sagrada) + antropocentrismo: Moisés es el "hombre divino", guía del pueblo lleno de una fuerza divina ("cuernos" o "rayos", "karan" en hebreo) para su misión de guía del pueblo. Representado como una figura heroica.
- Cuerpo atlético, pero sin copiar la posición de los atletas antiguos: sentado ¿qué momento representa?.
- Su rostro recuerda al Laocoonte, imagen descubierta en 1506 en cuya reconstrucción participó el mismo Miguel Ángel.
- Maestría técnica:
- Diferentes acabados en mármol para barba, piel o telas.
- Trabajo anatómico insuperable.
- Proporciones algo modificadas para ser visto desde abajo.
- Material propio de la antigüedad: mármol. Técnica "a forza di levare".
- Composición: bloque cerrado + equilibrio de tensiones (observa el giro de la cabeza y el de la barba, la disposición de brazos y piernas).
Lo más personal del estilo de Miguel Ángel: la "terribilità" que cada vez más aleja su obra de la armonía y equilibrio clasicistas. ¿Dónde observas esa ira contenida, su interior apasionado, el dinamismo y la tensión interna que parece tener la figura?
Función y significado
Conjunto escultórico parece manifestar la victoria de la fe sobre el paganismo y un conjunto de virtudes aprisionadas tras la muerte del Papa. (Ver imágenes de los esclavos del museo del Louvre y de la Academia de Florencia).
La imagen de Moisés se ha interpretado como:
- Furia por la idolatría del pueblo al que guiaba.
- La lucha neoplatónica del espíritu por librarse de la materia que lo aprisiona, elevándose hacia el Espiritu divino (mirada hacia lo alto). Modelo de virtud alusiva a la virtud de Julio II.
- Reflejo de las tensiones que el propio Miguel Ángel soportaba: una ira que debía ser contenida por la razón.